miércoles, 27 de julio de 2016

Palabra del Día, 27 de julio

El menesteroso clama: ¿Qué más puede hacer? Su clamor es oído de Dios: ¿Qué más se necesita? Si alguno de mis hermanos(a) lectores se siente turbado que clame también porque así demostrará su sabiduría. No clames a los oídos de tus amigos, porque si pueden ayudarte es porque el Señor les da poder para hacerlo.



El camino más corto es ir directamente a Dios y clamar en su presencia. El que corre recto hacia la meta es el mejor atleta. Corre al Señor y no acudas a otros medios secundarios. ¡Ay!, exclamas, «no tengo ni amigos ni ayudadores». Tanto mejor. Ambas razones te obligan a recurrir a Dios con confianza: como menesteroso y como desprovisto de ayudadores. Tu doble necesidad debe ser la causa de tu doble súplica. 

Aun en tus necesidades temporales puedes confiar en Dios, porque Él cuida de sus hijos en estas cosas. En cuanto a nuestras necesidades espirituales, que son las más abrumadoras, el Señor escuchará tu clamor, te librará y suplirá todas tus deficiencias. Apoyémonos en su brazo. Acerquémonos confiadamente delante del trono de su Gracia como un mendigo, y Dios no nos negará su ayuda.

Salmos 72:12

Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra.


El Señor librará al menesteroso.
Señor, puedo llegar como un menesteroso pero también puedo llegar ante ti como un hijo pródigo y seguro estoy que no me desecharás. Amén


MENESTEROSO: Persona que no tiene lo necesario para vivir o lo tiene con escasez.



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