martes, 6 de febrero de 2018

Palabra del día, Todos sus beneficios

Salmos 103:2

Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Un problema que siempre pasa en nuestra vida es que nos concentramos tanto en las necesidades del momento que nos olvidamos de lo que ya tenemos. El Señor es quien nos perdona, sana, redime, provee, satisface y renueva. ¿Cómo podemos olvidar todo esto? Sin embargo, solemos hacerlo cuando la vida cotidiana desvía nuestra atención a las necesidades apremiantes, los fracasos constantes y las circunstancias que parecen fuera de control.

Recordemos que: "Misericordioso y clemente es el Señor... -no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen"

En la vida de fe, nuestra iniquidad nos hace acercar a Jesucristo con humildad. Cuando recibimos su gracia y nos maravillamos ante la abundancia de su amor, nos damos cuenta de que no merecemos nada. Todo esto trae a la mente sus beneficios.

"Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre."



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