miércoles, 7 de febrero de 2018

Palabra del día, ¿Es verdad que escucha?

Mateo 26:39-42 (RVR)

39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.


Mateo 27:45-46(RVR) 

45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

¿Que debemos pensar cuando le pedimos una y otra vez a Dios algo bueno, algo que podría glorificarlo con facilidad, pero la respuesta no llega? ¿Nos escucha o no?
observamos la vida del Salvador. En el huerto de Getsemaní, agonizó durante horas en oración, derramando su corazón y rogando:"pase de mí esta copa" (Mateo 26:39). Sin embargo, la respuesta del Padre fue un claro "no". Para proveer salvación, Dios tenía que enviar a su Hijo a su Hijo a morir en la cruz. Aunque Jesús estaba atravesando una prueba durísima, oró con intensidad y pasión porque confiaba en que su Padre lo estaba escuchando.
Cuando oremos, quizá no veamos cómo está obrando Dios ni entendamos que haya algo bueno en lo que nos pasa. Por eso, debemos confiar en el Señor, renunciando a nuestros derechos y dejando que Él haga lo más apropiado.
Debemos dejar lo desconocido en manos del Omnisciente (Todo lo Sabe), Él oye y lleva a cabo las cosas a su manera.


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