Tal vez muchos nos encontramos en un desierto en nuestra vida y mientras recorremos el desierto podremos encontrar personas que se quedaron en el camino y no pudieron seguir, gente que nos desanima, que sirven de obstáculo a nuestro paso, voces que nos dicen que no lograremos nada y que no hay salida.
Es ahí donde nuestros corazones deben oír la voz de Dios y sólo poner nuestra atención y vista en lo que nos dice su Palabra.
Juan 7:38
El que cree en mí, brotarán ríos de agua viva.
No dejes que las voces de otros, u obstáculos, debilidad o el temor se apoderen de ti en momentos de prueba. Deja que los ríos de agua viva que Dios tiene para ti fluyan y sacien tu sed y necesidad. Cobra ánimo y alienta tu corazón, sigue adelante, esforzado y valiente y encontrarás lo que Dios tiene para ti al final del recorrido.
Al igual que a Jacob el Señor dice:
Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.(Isaac 44:2-3)
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